jueves, 31 de enero de 2013

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN EN EL MATRIMONIO


Uno de los principales motivos de las rupturas conyugales que se producen en la sociedad, es producto de la falta de comunicación o por una comunicación inadecuada. Según la prestigiosa revista norteamericana “Redbook”, de los diez principales motivos de separación según su estudio, la comunicación deficiente aparecía como la primera causa de las diez que se proponen en su artículo.[1] Esto es una realidad social, y es por este motivo, que hay que tratar de mejorar en este sentido.

La capacidad para comunicarse es uno de los factores más trascendentes en todas las relaciones interpersonales. Por ello, la felicidad de una pareja se halla en relación directa al grado de mutua comunicación que ambos hayan alcanzado. Según el teólogo y escritor John Powell, existen cinco niveles de comunicación, que resulta indispensable conocer, si queremos conseguir diálogos satisfactorios en nuestras interrelaciones. Veamos estos cinco niveles:

Nivel 5: Conversación “tópica”. Este nivel es el más bajo en la auto comunicación. De hecho puede decirse que no existe comunicación alguna, a menos que sea por puro accidente. A este nivel, hablamos con frases hechas, tales como: ¿Cómo estás?... ¿Y la familia?... ¿Dónde te has metido? ¡Me encanta el vestido que llevas!... En realidad no queremos decir nada de lo que, de hecho, decimos o preguntamos. La persona no comparte nada en absoluto. Cada cual sigue refugiado en su aislamiento.[2]
Nivel 4: Hablar de otros. En este cuarto nivel no nos aventuramos demasiado lejos de la prisión de nuestro aislamiento, puesto que no revelamos casi nada de nosotros mismos. Nos centramos en referir lo que ha dicho o hecho tal persona, sin hacer ningún comentario personal que revele o exponga algo de nuestro yo personal. El cotilleo exige poco, pero también produce poco.[3]
Nivel 3: Mis ideas y opiniones. En este nivel ya comunico algo de mi persona. Doy el paso y asumo el riesgo al referir algunas ideas, opiniones o decisiones. Pero mientras comunico mis ideas, etc., se observa atentamente. Uno quiere estar seguro de que van a aceptarlo con sus ideas, sus opiniones y sus decisiones. Si estos son aceptados, se podrá pasar a un nivel más profundo. De no ser así, se puede permanecer en este nivel o retraerse al nivel 4 donde se siente seguro. La intimidad real no se ha producido, pero puede llegar.[4]
Nivel 2: Mis sentimientos y emociones. Este es el nivel que más me diferencia e individualiza de los demás. Aquí mi persona es objeto de un conocimiento realmente único. Si realmente deseo que sepas quién soy yo, debo hablarte desde mi interior y con la cabeza. Son mis sentimientos los que comparto con mi interlocutor, sometiendo a prueba el nivel de aceptación de la otra persona.
Esto no ocurre solamente con las personas a las que hemos conocido más o menos casualmente, sino también con miembros de nuestra propia familia, pudiendo incluso llegar a destruir la autentica comunión dentro del matrimonio. Esto puede suceder cuando no hay sinceridad y nos conformamos con unas relaciones superficiales.[5] Si queremos enriquecer y aumentar nuestra relación en el matrimonio, se debe establecer una comunicación sin reservas, pero respetando los sentimientos de cada uno.
Nivel 1: Comunicación cumbre. Toda amistad profunda y autentica, y en especial la unión de quienes están casados, debe basarse en una transparencia y una sinceridad absolutas. A veces la comunicación resultará más difícil, pero es precisamente en estas ocasiones cuando es más necesaria. Ha de darse de vez en cuando una comunicación emocional y personal, total y absoluta. Debe haber momentos en los que el encuentro alcance la comunicación perfecta. Ambas personas experimentarán una empatía mutua casi perfecta, llegando a enriquecer la relación y a conocerse profundamente.[6]
Estos cinco niveles de comunicación son muy necesarios y útiles para el buen funcionamiento de la pareja. El poder llegar a conseguir el nivel 1 requerirá el haber construido una base de confianza entre ambos. La calidad de una relación puede juzgarse por el nivel de comunicación que la pareja alcanza con más frecuencia.  





Bibliografía
[1] VAL PELT, Nancy. Sin reservas. El arte de comunicarse. Madrid: SAFELIZ, 1995, p. 12
[2] POWELL, John. ¿Por qué temo decirte quién soy? Santander: SAL TERRAE, 1994, p. 40-41
[3] Iden, p. 42
[4] Iden, p. 42-43
[5] Iden, p. 44-45
[6] Iden, p. 46-47

martes, 29 de enero de 2013

¿Por qué se acaba el amor?

        Según una noticia que apareción en la Vanguardia, hace casi un año, no son pocos los matrimonios que sienten que se les acabó el amor del uno por el otro. Hoy es algo muy común, el escuchar entre los matrimonios rotos: “se nos acabó el amor”. La cuestión es que, un día se enamoraron, se amaron con una pasión única y ahora, con el paso de los años piensan que ya no vale la pena seguir, puesto que no hay amor... Esta es una de las realidades que vive la sociedad moderna, desafortunadamente.

Esta es una situación que padecen muchos matrimonios y parejas, tanto jóvenes como de más avanzada edad. Con frecuencia, el motivo para que una relación deje de funcionar, derivando en una ruptura es, que el amor ya no es suficiente. Ya no alcanza como para seguir ligando a dos personas para toda la vida. El pozo del amor se secó, y amenos que llueva, ya no queda agua que lo siga nutriendo.
La pregunta que surge ahora y que deseo compartir con ustedes es: ¿Cómo es posible que tantos matrimonios que decidieron en su momento amarse y respetarse para siempre, un día, piensan que el amor del uno hacia el otro ha muerto y que ya no se quieren como antes? ¿Realmente se puede acabar el amor o quizá nunca lo hubo? Para saber más sobre esta noticia, puedes seguir leyendo pinchando aquí.  Fuente
 
        Me gustaría conocer tu opinión al respecto para enriquecer este blog, pudiendo ser éste de gran ayuda para algunas parejas que estén pasando algún momento delicado o de crisis en su relación de pareja.
 
 

Las rupturas de pareja se duplican en verano

       La noticia que se pretende comentar en este momento, es una de esas noticias que te dejan bastante desconcertado al conocerla. Por lo que parece, según algunos estudios realizados en el 2012, el verano no le siente muy bien a muchas parejas. El pasar un largo tiempo de ocio, en pareja, puede ser perjudicial para la relación de pareja, aunque parezca contradictorio. Por lo menos, eso es lo que dice la noticia. Las vacaciones permiten que las parejas pasen más tiempo a solas que el resto de los meses del año, con lo que se producen más discusiones entre los cónyuge, al estar estos acostumbrados a no mantener una buena comunicación.  

Esta noticia, a priori, puede parecer ridícula, puesto que, por el contrario, cuanto más tiempo pasa una pareja a solas, debiera fortalecer aún más su relación. Pero por lo visto, el hecho de no pasar tiempo de calidad durante el resto del año, propicia que, durante las vacaciones, la pareja se aboque en una serie de conflictos. El mero hecho de no estar acostumbrado a pasar tiempo a solas, desencadena roces y desavenencias. No hubo una relación real entre el esposo y la esposa. Las consecuencias, según el periódico eleconomista.com, ya las sabemos: la separación temporal o el divorcio...
Mi pregunta es: ¿Cómo podrían evitarse estas rupturas en las vacaciones de verano? ¿Si la pareja se quiere realmente, por qué optar por la separación? Opina sobre el tema. Tu comentario puede que sea de gran utilidad para otros lectores de este blog.

Si quieres saber más sobre esta noticia, pincha aquí Fuente

Los jóvenes tienen miedo al matrimonio

    Un estudio reciente, realizado por la Universidad de Cornell, Estados Unidos, ha encontrado que las parejas jóvenes  tienen miedo al matrimonio por temor a los problemas que conlleva la gestión de un divorcio.
     
El estudio fue titulado como: ‘El fantasma del divorcio". Este artículo aparecía publicado en la revista Family Relations, en diciembre de 2011, por la profesora de análisis de políticas y administración de Cornell Sharon Sassler, y por Dela Kusi- Appouh, una estudiante para el doctorado en el campo de la sociología del desarrollo, en Cornell.
       Los investigadores de Cornell entrevistaron a 122 parejas cohabitantes de la clase trabajadora y de la clase media y encontraron que dos tercios, o casi el 67 por ciento de los encuestados admitió preocupaciones sobre cómo lidiar con las consecuencias sociales, legales, emocionales, y económicas de un divorcio. El mero hecho de pensar en todo este complicado formalismo legal, genera en los jóvenes miedo a pasar por el altar... Para leer más acerca de esta estadística, solamente tienes que pulsar con el ratón aquí. Fuente
Esta es una clara evidencia de que los jóvenes necesitan de una buena orientación en sus relaciones de pareja, con el propósito de que puedan afrontar el matrimonio con seguridad y sin miedo al fracaso. Estos preconceptos, que padecen muchos jóvenes, pueden hacer que huyan del compromiso matrimonial.
Por otro lado, añadir que, por medio de este blog, trataremos de ofrecer cursos prematrimoniales que puedan ser de utilidad para los futuros contrayentes.
 
     

domingo, 27 de enero de 2013

Las redes sociales son culpables del incremento de divorcios

 



        Para iniciar este nuevo blog, quisiera hacerlo presentando una noticia que me ha llamado, curiosamente, la atención. Según un estudio realizado hace unos meses atrás, durante todo el año de 2010 se produjeron 28 millones de separaciones por causa de las redes sociales, según CyberPsycology.

Es evidente que las relaciones sociales han sufrido una serie de cambios producidos por las nuevas tecnologías. Los ordenadores, los tablet y los teléfonos inteligentes (como los smartphone) han irrumpido de forma drástica en nuestra sociedad, ofreciendo nuevos medios y métodos de comunicación.  Las redes sociales son un claro ejemplo de ello. Hoy, desde un teléfono móvil puede uno estar conectado las 24 horas, desde cualquier lugar, y en cualquier momento. Los jóvenes saben de lo que estoy hablando, puesto que ellos manejan muy bien estas nuevas herramientas de comunicación.

Lo cierto es que, estas nuevas herramientas de comunicación, están provocando la ruptura de millones de matrimonios en todo el mundo. La falta de control de estos medios y la intimidad tan secreta de la misma, permite que muchas parejas traspasen los límites permitidos dentro del círculo matrimonial. El tontear, los matrimonios, con otras personas en las redes sociales, puede desembocar en un distanciamiento de la pareja, creando a su vez una atracción especial hacia el nuevo amigo cibernético.  La pregunta que uno se hace ante este hecho es: ¿Qué es lo que se puede hacer para evitar este incremento tan exponencial de las rupturas matrimoniales? ¿Cortar el cable de internet? ¿Son perniciosas las redes sociales o por el contrario se hace un mal uso de ellas? El debate está abierto.

 
Fuente de la noticia.